- Más de un 60% de las relaciones entre persona voluntaria y persona tutelada superan los 5 años, de las cuales más del 50% supera la década.
- Fundaciones Tutelares adheridas a la AEFT visibilizan la importancia del Voluntariado Tutelar a través de #CompartiendoViaje, una acción en redes sociales que culmina el 5 de diciembre, Día Internacional del Voluntariado.
Con motivo del Día Internacional del Voluntariado, la Asociación Española de Fundaciones Tutelares (AEFT) reivindica el papel transformador que juegan las personas voluntarias tutelares. Actualmente son más de 600 las personas que, de manera desinteresada, apoyan a otras con discapacidad intelectual o del desarrollo encomendadas a las Fundaciones Tutelares.
Las personas que son apoyadas por estas entidades, habitualmente no cuentan con un entorno familiar o este no es adecuado para velar por sus derechos y deberes. Por ello, contar con relaciones sociales significativas no siempre es fácil y es en este momento, en el que el Voluntariado Tutelar cobra mayor sentido, al fortalecer su red natural de apoyo.
Desde la AEFT queremos reivindicar la importancia del Voluntariado Tutelar -programa desarrollado gracias al apoyo del Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad, a través del 0’7% del IRPF- por ser generador de relaciones de igual a igual, que favorecen la inclusión de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo en la sociedad, haciéndolas partícipes de la vida en su comunidad.
Por ello, durante los meses de noviembre y diciembre, Fundaciones Tutelares adheridas a la AEFT han participado en la acción en redes sociales #CompartiendoViaje. Esta acción pretende visibilizar el efecto que tiene que las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo que apoyan, cuenten con un voluntario o voluntaria tutelar que definen como “un compañero o compañera de viaje”, y es que más de un 60% de las relaciones entre persona voluntaria y persona tutelada superan los 5 años, de las cuales más del 50% supera la década.
Asimismo, esta acción es un intento por seguir aumentando la base social de personas voluntarias en las Fundaciones Tutelares, acercándoles este tipo de voluntariado, que fue merecedor del Premio Estatal de Voluntariado Social, otorgado en modalidad colectiva por la Secretaría de Estado de Servicios Sociales e Igualdad del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en 2013.
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